De memorable se podría calificar esta última salida del año.
Comenzamos la primera jornada visitando la antigua ciudad de Lerma, en Burgos, donde vivió el Duque de Lerma. Allí recorrimos su calles y observamos el legado de este personaje a su pueblo. Nos llamó gratamente la atención el pasadizo elevado que comunicaba el Palacio Ducal con la Iglesia, que sólo era usado por el Conde y la familia real (ahí se gestó el refrán "la procesión va por dentro").
Comenzamos la primera jornada visitando la antigua ciudad de Lerma, en Burgos, donde vivió el Duque de Lerma. Allí recorrimos su calles y observamos el legado de este personaje a su pueblo. Nos llamó gratamente la atención el pasadizo elevado que comunicaba el Palacio Ducal con la Iglesia, que sólo era usado por el Conde y la familia real (ahí se gestó el refrán "la procesión va por dentro").
Ya de tarde nos acercamos hasta el Monasterio de la Vid para para admirar la gran belleza del retablo barroco, en el que se acaban de invertir para su restauración 75 kilos de oro, y sus dos órganos únicos de Modelo.
Para el día siguiente nos esperaban en el mismo centro de Aranda de Duero unas bodegas subterráneas y su hermosa su hermosa iglesia parroquial. Pero el plato fuerte llegaría con la celebración de la Matanza del Cerdo, trasladándonos en el tiempo al año 1942, en el pueblo de Cojoncillos de Arriba, donde se estba celebrando su fiesta patronal en honor a San Gabriel.
Ya de víspera había organizada una gran verbena, llena de juegos a la que acudía todo el pueblo (sobre todo la parte trabajadora del mismo: la maestra, el panadero, el huevero, el lechero, la matrona, la boticaria, y hasta el triste enterrador, amén de la Patiño de turno... La fiesta se prolongó hasta la llegada de la Benemérita en forma de pareja de la Guardia Civil.
De madrugada, la dulzaina y el tambor despertaron al pueblo, anunciando el día grande, que comenzaba con un tradicional desayuno de la época a base de productos de la matanza y, mientras la alguacila del pueblo, la señora Ascensión, iba presentando a los asistentes a todas las fuerzas vivas del pueblo: el señor alcalde, el señor cura, los concejales, el comandante y números de la Guardia Civil, la dama de honor y sus madrinas y, como no, el terrateniente del pueblo que generosamente se hacía cargo de todos los gastos de los festejos.
Hasta la hora de la misa se celebraban varios actos, entre los que destaca el concurso internacional del mejor chorizo presente, y se aprovechaba para despedir al quinto del año. Acabada la santa misa, da comienzo por la engalanada plaza del pueblo la procesión donde las autoridades visten sus mejores galas, acompañados por la reina y sus damas, luciendo todas unas hermosas peinetas.
Para finalizar la fiesta, el pueblo generoso invitaba a todos los presentes a una suculenta comida, bien regada con caldos de la ribera del Duero.
Cerraría el acto el señor cura del pueblo Don Manuel, agradeciendo a todos su gran colaboración y con el deseo de que el próximo año pudiéramos celebrar juntos una nueva matanza, en Cojoncillos de Arriba.
Podéis ver todes les fotos pinchando aquí.